La movilización social con objetivos claros, es la manera como se va luchando contra un ejercicio del poder autoritario y autocrático.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Algunos opinan que el poder no es malo en si mismo, en tanto que se requiere para mover, cambiar y/o transformar estructuras conservadoras, oligárquicas, de un ejercicio minoritario y en nada que vaya en favor de la gente, en claro detrimento de las economías mínimas para la subsistencia personal y del grupo familiar.
Las condiciones materiales que constituyen la existencia mínima de mucha de las mayorías y sectores populares, siguen estando afectadas en demasía—el dinero (ingreso) no alcanza para cubrir sanamente una subsistencia mínima, y los artículos o mercancías que se requieren para vivir, adquieren un mayor valor en su venta, lo que hace un desbalance entre lo que se necesita comprar y los precios que esa necesidad vale para poder ser cubierta a satisfacción con dichos ingresos mínimos.
Casos de alimentación, según analistas la canasta básica de alimentos está costando 250 usd, ello significa un 68.5% del salario mínimo. Las personas trabajadoras en sus diferentes oficios y ocupaciones tienen que buscar la manera de hacer llegar más ingresos para la subsistencia. En el mejor de los casos para alcanzar a comer, al menos tres tiempos, se decide no comprar los alimentos más caros (carne) y/o reducir la cantidad de compra (huevos, leche, verduras, pan francés, tortillas, cereales, etc).
Los otros gastos que igual se necesitan cubrir por ser necesidades básicas como la vivienda – claramente para grandes sectores poblacionales es imposible cubrir—lo que lleva a buscar sitios de alquiler más baratos en condiciones de hacinamiento, antihigiénicos y llenos de convivencias poco sanas para una vida con mínima subsistencia para niños y jóvenes—sin escuelas, antros de vicios por todos lados, compra y venta de drogas, delincuencia común y/o de mayor peligro.
El transporte y comunicaciones básicas, el capitalismo globalizante se ufana si siguiéramos con la ANTEL, estaríamos en un atraso considerable y en mayores dificultades de subsistencia por lo caro que era la línea fija y lo selectivo que era su uso y propiedad. El servicio público de transporte es totalmente deficiente, abusivo e irrespetuoso con la gente que lo usa, inseguro (asaltos, acosos sexuales, etc), en condiciones de falta de eficiencia, en el cumplimiento de los horarios, de clara explotación y desprotección social para los motoristas y auxiliares, sin las unidades en cantidad y ni con el mejor funcionamiento posible, que no cubren zonas donde vive la gente trabajadora.
Los sectores económicos de las comunicaciones en sus transnacionales, se han servido con la cuchara más grande y mantienen oligopolios y servicios con precios elevados, deficiente atención al cliente, con abusivos cobros y deficiencia en los servicios que presta para la comunidad. Las personas trabajadoras hoy se sirven de esos servicios a través de celulares u otros medios de información y tecnológicos, que no alcanzan a cubrir con su salario mínimo y/o por su falta de ingresos fijos y cuasi permanentes.
Se supone que un buen gobierno ayudaría a facilitar los costos y controles de precios, entre otras cosas necesarias para una subsistencia “digna”, manteniendo políticas públicas que lleven protección social para la población, realizando, cubriendo y subsidiando servicios públicos de calidad en materia de salud, educación, vivienda, recreación, culturales, sin embargo, los presupuestos institucionales se deterioran por la corrupción y la forma autocrática de ejercer el gobierno.
El sistema de agua potable, seguridad alimentaria, de energía eléctrica, transporte público, médico- hospitalario, de seguridad ciudadana es falto de calidez y calidad y, se sostiene con base al encarecimiento diario que la globalización económica impone, en cuanto a mantener bajos salarios, insumos carísimos, deficiente tecnología, medicamentos, servicios médicos y de laboratorio en constante aumento de precios, entre otros, lo que hace insostenible darlos y menos de manera permanente por el endeudamiento público.
El gobierno autoritario y autocrático, no tiene la voluntad, ni la intención de ir de alguna manera cambiando la situación, y las condiciones de existencia se deterioran aceleradamente, por el claro empobrecimiento que provoca un régimen político de esa naturaleza. La situación socio-económica va acumulando condiciones de existencia que no se pueden cubrir con los salarios mínimos actuales, y dicho gobierno no escucha ni dialoga para resolver y negociar dichas condiciones; la medicina amarga anunciada en junio2019, sigue penetrando las vidas de cada salvadoreño(a), no obstante, como se observa es sólo para aquellos sectores que no tienen derecho a vivir en la sociedad salvadoreña.
El salario mínimo es una necesidad, su aumento es parte del cuestionamiento hacia el régimen político, si entiende la situación de pobreza, sabrá abrir el diálogo social y cerrar la brecha del empobrecimiento por el momento, si no lo hace es confirmar que el poder político dado es para acumular la riqueza y para favorecerse de las condiciones de pobreza en que viven las mayorías de personas trabajadoras en este país.
*Sindicalista salvadoreño