Quieren provocar para obligar a una guerra abierta, que rompa el orden mundial que se está construyendo, alrededor del nuevo centro chino, el hegemón del siglo XXI.
En la guerra, como en la política, no puede uno jugar el juego que le propone su enemigo.
Por Miguel A. Saavedra
Sin calificativos ni exabruptos por el atentado en Moscú, porque eso es lo que pasa cuando uno está en guerra.
El ataque reciente a la capital Rusa era un hecho que había que esperar.
Rusia no es una isla igual a los Estados Unidos, que está completamente rodeado por dos océanos y dos enormes territorios que están sometidos a ser su área de seguridad inmediata, en un continente bajo su control absoluto.
Rusia, por el contrario, es un país muy despoblado, sin posibilidad de control sobre miles y miles de kilómetros de sus fronteras y rodeada de francos enemigos y también de socios poco confiables porque están en sociedad simultánea con el enemigo occidental.
Solo la influencia de China detiene la hecatombe global, porque lo natural debería de ser una respuesta del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, brutal y contundente contra su enemigo visible.
Pero es igual que en Israel: quieren provocar para obligar a una guerra abierta, que rompa el orden mundial que se está construyendo, alrededor del nuevo centro chino, el hegemón del siglo XXI.
Occidente le está dando patadas al tablero de ajedrez.
Si Rusia reacciona militarmente irá hacia donde quiere llevarla la estrategia occidental.
Por eso Putin había dicho está misma semana, despues de las elecciones, que el momento del conflicto cambiaba de ser una Operación Especial a un Estado de Guerra.
La sociedad y su economía estaban entrando en una etapa diferente por completo.
Es como cuando Hitler llegó a las puertas de Moscú y tuvieron que resistir mientras trasladaban toda la industria a oriente, lejos de la guerra, para poder fabricar todo lo necesario para vencer.
Era la comprensión de que se trataba de hacer una guerra prolongada.
En la guerra, como en la política, no puede uno jugar el juego que le propone su enemigo. Tiene uno que obligarlo a venir a jugar con reglas hechas por uno mismo, porque así es como se tiene el control.
Ahora, la sociedad rusa entera tiene conciencia de que está en guerra.
Occidente está diciendo que en cuando supo la inteligencia gringa que se estaba organizando el atentado, ellos dieron aviso a Putin. Quieren decir que Putin permitió el atentado para conservar su poder. Eso hubiera tenido sentido si a Putin lo estuviera queriendo sacar del poder toda la sociedad, como a Netanyahu a quien le convenía el atentado del concierto de octubre en Israel..
Pero Putin no necesitaba unir al pueblo en torno a su figura para enfrentar la guerra. Ya tenía un apoyo casi total.
Sin embargo, la provocación tenía por objeto obligar a Rusia a dar una respuesta que obligara a la OTAN a entrar directamente como lo ha estado proponiendo Macron desde hace varias semanas.
Pero, lo que su atentado consiguió fue despertar al pueblo ruso, hacerlo consciente de que su país está en guerra y que los rusos no son como los gringos que siempre están en guerra, pero lejos de casa.
No son gringos que se pueden pasar la vida entre torneos de béisbol al basquetbol tomando cerveza y comiendo hot dogs mientras sus aviones bombardean países enteros.
En los Estados Unidos solo se matan entre ellos para sentir alguna emoción entre partido y partido. Nunca nadie ha visto de cerca un combate. Con este atentado los rusos han abierto los ojos.
A los rusos ya se les había olvidado que los desfiles de Mayo Heroico existen porque hubo millones de hombres y mujeres que no se fueron de fiesta mientras la Patria estaba siendo atacada.
La Gran Guerra Patria no es un recuerdo. Mientras Rusia sea el país más grande del mundo, los capitalistas van a querer descuartizarlo para repartirselo. La amenaza no comenzó ayer, ya Napoleón Bonaparte lo intentó el 1808, Hitler en 1941 y Bush hace solo 30 años.
La matanza tiene también el sentido de debilitar al gobierno frente a su pueblo, hacer que la gente piense que no es capaz de protegerla. La desconfianza es el primer paso. El miedo es muy poderoso como arma.
Solo una coraza de odio contenido puede hacer resistir el miedo. Explicar de forma sencilla pero clara es el método para que el odio apunte hacia el enemigo y no contra el propio líder, porque ese es el objetivo del responsable del atentado.
Pero el odio debe ser contenido y explicado para que se comprenda por qué la respuesta no debe ser caer en la provocación.
Los gringos están en su año electoral y quieren resolver la guerra antes de noviembre o que se desate la intervención de la OTAN para tener la oportunidad de que Biden se reelija porque no conviene cambiar al líder en medio de una guerra.
Es exactamente lo que vemos en Israel y Ucrania, donde no hay cambio ni de Netanyahu ni de Zelensky, aunque antes de la guerra estaban fuertemente acusados de corrupción.
Rusia tiene que resistir por el bien de todo el mundo. Otra vez, como en la 2a. Guerra Mundial, frente al mismo fascismo. El capital financiero es el que está detrás de todas las desgracias de la humanidad. En El Salvador y Argentina, en cada país europeo que asesina la agricultura y la ganadería…