Las experiencias estresantes en la mediana edad o durante la infancia generan un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y otros trastornos.
Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en Annals of Neurology, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona, en Cataluña.
Para la investigación, los especialistas entrevistaron a un grupo de personas y les realizaron punciones lumbrales y resonancias magnéticas.
Como resultado encontraron que la acumulación de eventos adversos a lo largo de la vida resultó en la acumulación de proteína amiloide en hombres y atrofia cerebral en mujeres.
Además, observaron que en individuos con historial de enfermedades psiquiátricas ocurrió un aumento de proteínas Aβ y tau, así como neuroinflamación.
“Nuestro análisis aporta pruebas iniciales sobre los mecanismos que subyacen a este efecto, pero se necesitan investigaciones adicionales para replicar y validar nuestros hallazgos iniciales», afirmó la autora Eider Arenaza-Urquijo.
El equipo también asoció niveles más altos de experiencias traumáticas en la infancia con un mayor riesgo de problemas en edades avanzadas.
Los expertos definen los eventos estresantes como situaciones en las que amenazas externas objetivas provocan respuestas conductuales y psicológicas, por ejemplo, la pérdida de un ser querido o el desempleo.