Un trabajo abre nuevas perspectivas para aplicar la fotobiomodulación en futuras terapias para el tratamiento de enfermedades neurológicas.
Un estudio publicado en la revista Journal of Affective Disorders reveló los beneficios de aplicar luz de baja potencia para recuperar algunas alteraciones cognitivas y secuelas provocadas por el estrés.
En la práctica clínica, los científicos de Francia y España utilizaron esa técnica conocida como fotobiomodulación para estimular la actividad del cerebro y el intestino.
Hoy día, el área de investigación genera un gran interés y «es un campo muy prometedor para el posible tratamiento de enfermedades del sistema nervioso”, detalló el profesor Albert Giralt.
Los dispositivos aplicados combinaron múltiples fuentes de estimulación (láser, LED, etc.) asociadas a un anillo magnético para estabilizar la emisión de luz pulsada.
Su trabajo constató que los trastornos psiquiátricos no tienen como único epicentro el encéfalo, pues otros tejidos y órganos también desempeñan un rol decisivo en su fisiopatología.
Además, profundizó en los mecanismos moleculares y mostró cómo la fotobiomodulación es capaz de revertir los efectos cognitivos a través del restablecimiento de la vía SIRT1, «relacionada con senescencia y la muerte celular».
En el sistema digestivo, el tratamiento activaría cambios en la microbiota, más visible cuando se trata de una doble estimulación cerebro-intestino.
Los cambios observados guardan relación con la neuroinflamación (por ejemplo, la microgliosis y la astrogliosis, que cursan a través de la afectación de células del sistema nervioso).
Para futuras líneas, el equipo impulsará el diseño de ensayos clínicos y comprobará la eficacia combinada en pacientes con depresión.