Por: MIGUEL BLANDINO
Allá por el año 1974, cuando estábamos trabajando por recuperar la universidad de las manos de los gorilas, afloraron las contradicciones entre los estudiantes que pertenecían a la organización que la juventud del llamado partido “comunista”, que dirigía Schafik Handal, y otros grupos que seguían otras ideas que por entonces estaban en boga. Unos, demócratas cristianos, otros social demócratas, otros trotskistas de la Cuarta Internacional de Ernest Mandel, otros eran marxista leninistas seguidores de Mao o del Tío Ho, mezclados con toda una variedad de pensadores latinoamericanos, en campos de lo político, lo económico, incluso lo político militar. Unos más guevaristas o foquistas, otros más frente amplistas o allendistas, derechistas había pero navegaban con perfil bien bajo. La plaza fuerte de los “jóvenes” comunistas (hacíamos la broma de que todos ellos iban a jubilarse ya ancianitos y siempre como estudiantes)era la Facultad de Derecho. En Medicina eran más frente amplistas, ellos formaron el Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allende” (FUERSA). Los troskos mandelistas andaban por los rumbos de la Facultad de Ciencias y Humanidades, particularmente en Letras. Pero también en esa facultad (principalmente en Periodismo) y en la de Economía había un núcleo de seguidores del Tío Ho y del camarada Mao.
En cuestión de pocas semanas y meses aquellas agrupaciones de jóvenes dieron vida a las organizaciones estudiantiles más potentes que ha conocido la Universidad de El Salvador. La huelga general de Ciencias y Humanidades, que comenzó con una protesta focalizada contra una persona, siguió con la petición de remoción de la directora del Departamento y llego al punto de exigir la expulsión del militar que el gobierno había puesto como Secretario General del Consejo Superior Universitario y del Rector. Todo en un proceso que comenzó a finales de 1974 y estalló al volver a clases después de la pausa navideña. En aquel fin de año de 1974 nació Universitarios Revolucionarios 19 de Julio (UR19). Al final de la huelga, con pocas victorias en cuanto a las demandas estudiantiles, la mayor conquista fue la experiencia de lucha conjunta entre UR19 y FUERSA. De inmediato se logró el acuerdo para participar en alianza para las elecciones de la dirigencia de la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS). Esa asociación había estado en manos de los comunistas desde su fundación a mediados de la década de 1920. Por los días que se formalizó la alianza supimos que la AGEUS recibía una ayuda solidaria de parte del PCUS a través del Partido Comunista Cubano. Eso le daba un aliciente especial a la lucha (aunque no se decía en voz alta, la guerrilla ya estaba operando ERP y FPL, y mantener la guerra es una cosa bien cara). Ganamos aquellas elecciones y los comunistas quedaron arrinconados en la Facultad de Derecho. Pero estaban tan desprestigiados por la alianza de Schafik con el gobierno militar, que en las elecciones para la Asociación de Estudiantes de Derecho (AED), una agrupación derechista encabezada por un estudiante chocarrero, llamado Tomas Chafoya Martínez, que en su plataforma ofreció matrícula indefinida para estudiantes que reprobaban (hasta entonces solo podía inscribirse una vez para repetir materias reprobadas y si se reincidía tenía que abandonar la carrera, porque una tercera matrícula en caso de ser autorizada por el decanato implicaba expulsión de la Universidad en caso de volver a reprobar), pero además, Chafoya invitaba a tomar cerveza gratis todos los viernes por la tarde en los pasillos de la facultad, porque la empresa La Constancia SA le donaba barriles todas las semanas. Así llego a su fin el reinado de nuestro querido mártir Manuel de Jesús Franco y su eterno palafrenero Dagoberto Gutiérrez.