Por: Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra.
La concesión por 50 de los puertos salvadoreños, según el Gobierno salvadoreño y 100 años, según el concesionario turco, otorgado bajo fraude de Ley, pone en duda las intenciones tras dicha concesión, pues la reserva impuesta de las autoridades salvadoreñas, la mala reputación de Yilport Holdings en la administración de Puerto Bolívar (Ecuador), permite que nos hagamos algunas preguntas sobre los objetivos nacionales salvadoreños a la luz de las formas de expresión de poder.
Hay cuatro expresiones de poder nacional: el poder político, económico, sicosocial y bélico. Estos análisis debieron haber sido hechos por la Asamblea Legislativa y los Ministerios de Defensa, Economía y Relaciones Exteriores.
En el poder político, las preguntas debieran haber sido: En años anteriores, la presencia de intereses turcos en Centroamérica, ¿cuál ha sido? ¿Turquía busca presencia en Centroamérica, por razones estrictamente comerciales o geopolíticas, relacionadas con el balance de poder ruso, chino y norteamericano en sus áreas de influencia? En un potencial conflicto en el Golfo de Fonseca (Isla Conejo y el mar territorial salvadoreño, colindando con Honduras y Nicaragua, y los intereses cedidos a China continental, de forma secreta) ¿Turquía sería un aliado nuestro en la ONU y la Corte Internacional de Justicia o estaría de parte de los intereses de nuestros contrarios o de terceros? ¿Nuestra relación con Turquía, beneficiará a otros sectores económicos, o se limita a su relación con CEPA?, pues estamos concesionando nuestro mayor activo nacional, que es complementario, para un canal seco entre el pacífico y el atlántico. Por último: en el tablero geopolítico salvadoreño, ya se encuentran intereses: rusos, chinos y norteamericanos, ¿Cómo será el comportamiento de estas potencias, ante una cuarta potencia en el país? ¿La concesión es para facilitar la presencia islámica en Centroamérica?
En el poder Económico: ¿Habrá nuevas fuentes de trabajo y cómo beneficiará a la población circundante? La inversión en los puertos, no compensa la salida de capital nacional hacia inversiones regionales ¿Cómo compensarlo? La inversión turca ¿asumirá el costo de asolvamiento de Cutuco, o será pagado por El Salvador? ¿Qué porcentajes de inversión y reparto de ganancias se estipulan en el convenio, con sólo un 20% de participación salvadoreña? Los empleos indirectos que se produzcan, ¿serán administrados por nacionales y conforme a la legislación nacional vigente, o quedarán dentro de una Zona Económica Especial, bajo control turco, aplicando los nuevos conceptos confiscatorios del Estado salvadoreño? ¿Esta concesión, es evolución del proyecto de realizar un canal seco ferroviario con Guatemala? ¿Qué grado de control ejercerá El Salvador sobre las mercaderías transportadas, para no violar Tratados internacionales?
Expresión de poder psicosocial: ¿Cuál será el impacto en las poblaciones adyacentes? ¿Mejorará la calidad educativa para acceder a mejores empleos? ¿Cómo será afectado el medio ambiente? ¿Habría incidencia en la emigración a otros países?
Expresión de poder bélico: ¿Estaremos en capacidad de recuperar el control de los puertos por vía militar, si se prueba que dicha concesión, ha sido hecha sin arreglo al ordenamiento jurídico salvadoreño y, un futuro Gobierno, ¿desea reclamar los Derechos soberanos nacionales? ¿La concesión portuaria a Turquía, es parte del arreglo militar con la Fuerza Armada salvadoreña? ¿La concesión, permitirá una proyección del poder naval salvadoreño?
Todas estas preguntas tienen que ser contestadas, considerando que Yilport Holdings, se le relaciona con estructuras de poder en Turquía, con capitales iraníes y estrecha relación con Hezbollah. Las experiencias en Ecuador, sobre el manejo del puerto de Bolívar, lo relacionan con la corrupción transnacional y una relación desventajosa, para Ecuador.
Si hay un debate público actual, deben ser los objetivos nacionales, en derredor de la concesión de nuestros puertos.