Por: Víctor Manuel Valle Monterrosa.
Ya casi nadie lo recuerda. Hace 64 años gobernaba otro eslabón de la dictadura militar, el ex guardia nacional hecho militar de carrera, José María Lemus que, en menos de un mes, se enredó en una represión política dirigida contra universitarios y sectores populares.
El viernes 2 de septiembre de 1960, para evitar que saliera una manifestación de protesta por la represión desatada, policías y guardias nacionales apalearon, hirieron y mataron ciudadanos. El punto focal de la barbarie fueron las oficinas centrales de la Universidad de El Salvador.
Un edificio desocupado por monjas educadoras del Sagrado Corazón, sito en la séptima avenida cerca del cruce con la Rubén Darío, de San Salvador, era la sede de la Rectoría y oficinas centrales de la UES y existía un llamado Paraninfo Universitario con capacidad de pocos centenares de personas. Dos pinturas decoraban el escenario: el presidente Juan Lindo, fundador de la UES en 1841, y Francisco Gavidia, el asombroso intelectual de El Salvador.
Para mostrar su poder, Lemus y sus lugartenientes urdieron una represión generalizada por las calles aledañas en San Salvador y, más grave, irrumpieron en el recinto universitario apaleando a personas indefensas incluyendo al Rector Napoleón Rodríguez Ruiz, al Secretario General Roberto Cuéllar Milla y otros funcionarios.
Para coronar su demencial crueldad, las secuaces de Lemus rasgaron con sus yataganes los cuadros de Lindo y Gavidia y con ello mostraban su desdén, odio y temor por las ideas al servicio de los cambios sociales.
Fue una noche triste impregnada de olor a sangre y pólvora. Cada vez son menos los que recordamos –por haberlas vivido-esas nefastas fechas. Tirso Canales, Miguel Sáenz Varela, Ivo Alvarenga, Ricardo Ayala Kreutz partieron hace poco. Aún quedan Eduardo Badía Serra, Josefina Guirola, Fidel Chávez Mena, Albino Tinetti, Manlio Argueta, Santiago Ruiz…y no muchos más.
Coincidentemente, ese mismo día se emitió la histórica Primera Declaración de la Habana, en respuesta a la Declaración de San José, emitida en agosto de 1960 y dispuesta por el Gobierno de Estados Unidos, seguido por casi todos los de América Latina, contra la recién nacida Revolución Cubana.
La presente mini crónica del recuerdo es un simple desahogo de un octogenario a quien ya no lo cuentan cuentos. Sería bueno que alguna entidad pensadora organizara una jornada de análisis crítico sobre el significado de los eventos dolorosos de agosto y septiembre de 1960 en El Salvador.