Un especialista relacionó los despertares con fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre.
Despertar en mitad de la noche o a primera hora de la mañana de forma habitual no es lo ideal para conseguir las siete a nueve horas de sueño recomendadas.
El especialista en longevidad, Dave Asprey, relacionó este problema con fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre.
Aseguró que la caída de glucosa provoca la liberación de cortisol y adrenalina, hormonas que impiden conciliar el sueño y generan un círculo vicioso.
«La gran problemática es que el cortisol y la adrenalina te despiertan. Mientras que el cerebro consigue lo que quiere, tú no duermes», afirmó.
Sin embargo, el experto Dave Gibson, en The Mirror, advirtió que hay mecanismos en juego como parte de nuestro ciclo natural nocturno.
En la edad adulta, la «presión del sueño» disminuye, haciendo que los despertares nocturnos sean menos problemáticos después del descanso.
Gibson recomendó gestionar el estrés antes de dormir, creando una rutina relajante que incluya tareas pendientes y, si es posible, un baño caliente.