Las condiciones de las mujeres en lo laboral siguen sin alcanzar planos y niveles para una integración en lo político, lo social, lo laboral, lo económico y cultural, que permita llegar a una posición como persona humana con derechos, en términos de equidad e igualdad en todo sentido.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Las mujeres no logran alcanzar una posición de igualdad, por cuanto a la base persisten en la sociedad salvadoreña sistemas patriarcales y con preeminencia machista en pro del hombre, de anulación de muchos de los derechos que le son indispensables ejercerlos en una sociedad que se tilda de pretender democracia y dentro de un sistema político que en su oratoria dice estar en función de las mayorías.
Cuáles son esos injustificantes asuntos que dan a muchas de las mujeres en el país, un deterioro de sus derechos humanos en el ámbito socio-laboral, a la base está la casi desregulación de las leyes que dieron un avance sustancial en materia de favorecimiento a la persona mujer, como fueron las leyes para una erradicación de la discriminación y libre de violencia que daban pasos que permitieran alcanzar igualdad y equidad en todo lo que signifique una actividad individual y colectiva de la mujer dentro de la sociedad salvadoreña.
Hay un retroceso en no disponer de un claro nivel de desarrollo, información y base de datos, que aun cuando no se tengan a la disponibilidad, claramente la percepción se inclina a que estas leyes han fallado para diseñar, dirigir, ejecutar, asesorar y velar por el cumplimiento de la política nacional de la mujer. Sigue siendo la mujer una sujeta perdidosa dentro del accionar de relaciones diversas en una sociedad tan conservadora. Donde el Estado ha quedado despojado de un interés en su favor, de recursos y acciones que lleven a la protección social desde la niñez, adolescencia, juventud, adultez y adultez mayor.
No permite el contexto en que se vive, rescatar y construir condiciones objetivas y subjetivas para las mujeres que permitan alcanzar un plano de igualdades sociales, laborales, familiares, profesionales. El actual régimen político no responde a una protección social en todo sentido, y ha dejado de lado este trabajo.
Por tanto, en el contexto de la tarea por la no discriminación y no violencia contra las mujeres, demandamos:
- Un mejoramiento sustancial de las condiciones económicas, a partir de nuevos y mejores empleos, que eviten la segregación laboral, que permitan alcanzar la profesionalidad necesaria y suficiente para mejores puestos de trabajo, con salarios mejorados que alcancen niveles de igualdad y estabilidad laboral.
- Un salario mínimo digno y acorde al costo de vida, para todas las actividades económicas en lo remunerativo, donde se insertan las mujeres en un contexto de igualdad y con procesos de equidad que permitan un desarrollo de capacidades y competencias laborales, educativas y profesionales.
- Al debido proceso y respeto de derechos humanos, para aquellas mujeres que han sido acusadas en procesos penales, civiles, familiares y laborales, que van en menoscabo de la integración y crecimiento sano de los hogares; y han tenido como consecuencia la desintegración familiar y la orfandad de hijos e hijas y de personas menores y mayores al cuidado de mujeres.
- La protección social en los lugares de trabajo, que se han visto dentro del marco de la empresa privada y pública al desempleo, la pérdida del empleo por recortes presupuestarios y la deficiencia como población en los servicios públicos de salud, en lo que respecta a la debida atención por enfermedades crónicas; maternidad protegida; escasez de medicamentos; retrasos en la consulta y atención médico-hospitalaria.
- A un medio ambiente satisfactorio que le permitan el acceso en todo momento de recursos alimentarios, hídricos, vivienda, agua potable, educación ambiental.
- La permisión y acceso pleno para alcanzar mayores niveles de protección laboral dentro de regímenes especiales de trabajo, para la concreción de salario mínimo en profesiones dentro de dichos regímenes como son el trabajo en domicilio, el trabajo doméstico, agropecuario, comunitario que signifiquen la dignificación plena del estatus laboral, que supere condiciones inferiores en comparación con otro tipo de trabajadoras en la industria, el comercio y los servicios.
Como mujeres sindicalistas que trabajamos en los planos socio laborales, estamos por la defensa de sus derechos humanos, la no discriminación por razones de sexo; y en lucha por una economía, y políticas públicas que desarrollen la igualdad y equidad para las mujeres, y les conduzca a mejores niveles de desarrollo individual y colectivo alcanzando mejores condiciones materiales de existencia.
*Sindicalista salvadoreo