Instituciones financieras nacionales e internacionales confirman que la economía nacional tendrá en el 2018 un crecimiento de 2.6 por ciento, aspecto que debe considerarse un verdadero éxito para la gestión del Presidente Sánchez Cerén, en tanto el último año fiscal de su mandato muestra el mayor crecimiento observado en los últimos años.
De acuerdo con el Banco Mundial, el crecimiento para El Salvador será de 2.8% de su Producto Interno Bruto, constituyéndose en la segunda economía en crecimiento de Centro América, de tal forma que el Presidente Salvador Sánchez Cerén al final de su mandato entregará al nuevo gobierno, una economía nacional con crecimiento positivo no menor al 2.6% muy distante del menos tres punto cinco con la que entregó el cuarto gobierno de ARENA al primer gobierno del FMLN.
En lo social los importantes avances en salud, fuentes de trabajo, obtención de vivienda digna, la gratuidad de la educación pública, los paquetes escolares, los paquetes agrícolas, los subsidios a servicios públicos como agua, energía eléctrica, gas licuado y el transporte se concretan en dos importantes hechos: uno, la inversión pública promovida por el gobierno del profesor Sánchez Cerén llega casi al 50 por ciento del monto asignado a los presupuestos nacionales lo cual supera abismalmente lo asignado por gobiernos de derecha y dos, la reducción de la pobreza en más de 400 mil personas durante la actual administración, que supera las 600 mil personas si le sumamos las personas que dejaron de ser pobres durante el primer gobierno del FMLN.
Datos oficiales indican que el nivel de pobreza que recibió el FMLN en el 2009, era del 40%; en el 2014 se redujo al 33% y en el 2017 ya se registraba una reducción al 29% por lo que para finales de la gestión Sánchez Cerén el porcentaje será todavía menor.
A estos indicadores hay que agregar la creación de empleos tanto en el ámbito público y privado, que no obstante tiene una modesta tasa de crecimiento siempre es mayor que la generada por los gobiernos de ARENA, también debe agregarse la reducción del índice de homicidios que pasó de 18 a 9 diarios; así mismo los notables beneficios de la reforma de salud, cuyos avances son tomados como referencia en el ámbito internacional por la reducción de la mortalidad infantil y materna, entre algunos beneficios.
Los indicadores sociales en general son positivos y forman parte de la construcción de un El Salvador productivo, educado y seguro, que al finalizar el 2018 presenta una economía positiva y una sociedad menos pobre.
*Filósofo salvadoreño