En el país las posiciones ideológicas y de intereses sectarios siempre han predominado los ámbitos políticos, económicos, financieros, sociales y culturales, y la situación de los asuntos laborales en las empresas han siempre significado en la jerga ideológica una clara lucha de clases-por un lado quienes poseen los medios de producción han impuesto en mucho de la historia de este país un claro menoscabo en la clase trabajadora—y fue hasta que la población se fue politizando y concienciando, que algunas cuestiones cambiaron buscando formas de existencia más tendentes a la igualdad y equidad.
En el ámbito en que hoy nos encontramos, inmersos en la globalización económica que deshumaniza a diario todo el valor humano alcanzado por la vía revolucionaria y progresista de algunas épocas, nos enfrentamos como clase trabajadora a formas diferentes del accionar empresarial, que persiguen una anulación del ejercicio sindical y debilitamientos de la defensa de los derechos de las personas trabajadoras, formas de organización del trabajo que recojan maneras de acumulación de la ganancia—flexibilidad y desregulación laboral—que en mucho han implicado históricamente una lógica anti sindical.
La prevalencia del mercado se impone ante otros elementos del trabajo como la protección y desarrollo laboral y social, y el asunto se agrava en tanto gobiernos han facilitado que los intereses corporativos del capital se empoderen de mayores niveles del accionar de la sociedad, y así tenemos profundización del desempleo, sub empleo, contracción de los niveles salariales, desmejoramiento y precarización de condiciones y derechos humanos en general.
En ese marco la apuesta empresarial ha sido en un pasado atacar el sindicalismo de clase, luego imponer formas pretendiendo desarrollar el solidarismo (formas de mediatización de la relación laboral) y el modelo no-sindicato, finalmente impusieron formas de control sindical a través de maneras de organizar el trabajo de hecho como la flexibilidad –metas de trabajo, horarios y jornadas laborales arriba de las ocho horas; desprotección en materia de salud y seguridad en el trabajo; salarios contraídos y diferenciados; exenciones de impuestos (elusión fiscal); trabajos sin protección social; esa lógica económica y de mercado ha llevado a planteamientos de desregulación de legislación garantista de condiciones de justicia social; y aprobación de legislación contraria a los derechos de la clase trabajadora en beneficio del mercado.
En el proceso de la mundialización de la economía—se generaron instituciones como el Instituto de Formación Profesional-INSAFORP-con la clara intención de generar profesiones laborales que acuerparan la manera de producir los bienes y servicios—en el principio se formaron para la confección de prendas de vestir, e impulsar el proceso de producción por ensamble, que desplazó a las formas tradicionales de producir mercancías.
Todo esto hace que por vía del INSAFORP, se oriente un tipo de profesionalización para cubrir ese tipo de puestos y que se expandirían en las denominadas zonas de exportación—protegidas con leyes de elusión fiscal, con protección de la cartera de economía, desprotección en la tutela laboral y otras ventajas económicas.
Ahora luego de plantearse para el país una diferente coyuntura, está siempre una situación de como el accionar empresarial va generando dinámicas que devuelvan su poder a partir de algunas acciones de gobiernos progresistas que han iniciado alguna oposición a la forma de acumulación de la riqueza en el país.
No obstante siempre persisten otras maneras de ir trabajando la desmovilización sindical, esta vez INSAFORP convoca a la dirigencia empresarial a cursos tal es “Cómo protegerse legalmente de los sindicatos y su manejo e implicaciones dentro de la Empresa”, la temática en juego es sobre generalidades de los sindicatos, como disolver un sindicato, como se puede despedir a un directivo sindical; el contrato colectivo de trabajo y la relación laboral; la huelga; como despedir a personas sindicadas, etc.
Al parecer la temática es nueva en los ámbitos empresariales y en mucho de la lógica de su pensamiento es concretar formas que contengan y mediaticen el accionar sindical. En mucho del trabajo en las empresas de comercio, servicios, industriales-maquilas-y públicas, las relaciones laborales siguen en una constante conflictividad, y mucho del panorama nacional es de una total oposición a que mejoren los niveles de organización sindical.
La ley laboral establece que tanto empresarios como personas trabajadoras son libres de asociarse en sindicato, sin embargo el lastre histórico anti sindical; y la manera como se está pretendiendo alcanzar niveles de mejores relaciones con los sindicatos, es un proceso que ante los primeros síntomas que asoman no se presenta sano y habrá que generar nuevo pensamiento y acción sindicales para enfrentar la amenaza empresarial.
*Sindicalista salvadoreño