Para los partidos políticos FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) de izquierda y para ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) de derecha, la renovación urgente es una realidad impostergable. No pueden darle largas, no deben retrasarla.
(Por: Walter Raudales *)
Ambos partidos retardaron mucho estas transformaciones.
“Cambia todo cambia”, dice el canto de Mercedes Sosa, y el mundo va cambiando y la realidad también. Muchas de las categorías analíticas con las que interpretamos el mundo van quedando desfasadas, actualizar nuestros métodos de análisis, saber interpretar los signos de los tiempos, es lo más revolucionario que existe.
Si eres político tienes que leer las variables de la realidad, discernir sobre ellas y a partir de ahí ir haciendo los cambios. Y eso faltó.
Es un imperativo categórico transformarse, si no irás al despeñadero. Las personas y los colectivos, de todo tipo, debemos tener claro que lo que no se renueva muere, lo que no cambia se extingue, es una máxima clásica y universal.
Creo que las dirigencias de ambos partidos tienen que serenarse, hacer el recuento de daños después de una batalla en donde se ha perdido, luego elevar una plegaria y enfrentar las consecuencias con honestidad y humildad. En el caso del FMLN hay dos cosas claras:
1) Los liderazgos deben ser nuevos, y 2) Debe haber mucha honestidad y transparencia en todo el proceso.
Hay un hilo transversal que debe estar presente en cada momento y es que los liderazgos deben tener principios revolucionarios bien fundados dentro de sí, de tal manera que hagan volver el espíritu revolucionario que les dio origen.
Ambos partidos tienen que demostrar cambios sustanciales. Lo que están viviendo estos institutos políticos en su interior es bastante complejo, porque tienen que hacer cambios hacia adentro y hacia afuera, y eso no es fácil, porque son personas las que deben construir esa transformación dialéctica.
Lo que sí creo es que ya no se va a poder engañar y mentir a la gente. ¿Cómo se hace eso? A través de las acciones. Este momento es clave para responder a las necesidades y el clamor de las mayorías.
Debes mostrar y tener humildad, pedir perdón, reconvertirte, conversión profunda y entender que el error fue tuyo y no de quien no votó por ti. ¿Y cómo van a volver, en las próximas elecciones, esos que se te fueron si los tratas como malagradecidos?
Si en verdad no te renuevas nunca volverán.
La palabra renovación lleva dentro de sí la palabra reconversión. Y dejar de ser el que has sido para llegar a ser otro, manteniendo la decencia y siendo tú mismo, se necesita algo fundamental que se llama humildad y ésta se demuestra en los hechos, primero reconociendo el error y pidiendo perdón. Tienen que hacerlo, sabemos que es algo complejo, pero no es cambiar caras por caras, es adaptarse al nuevo tiempo que vive El Salvador y el mundo.
La transformación va en dos dinámicas. Hacia adentro y hacia afuera. En esta última, para lograr mantener los seguidores y votantes, tienen que mantener temas de interés ciudadano. En esta nueva realidad abundarán temas superficiales para evitar que vayas al fondo.
*Fragmentos de su participación en el debate: Diálogo con Ernesto López en Canal 21.