Según datos del Ministerio de Turismo, cada crucerista invierte una media de 150 dólares en tierra, sobre todo en transporte, alimentación, atención personalizada y compras de productos típicos de las localidades visitadas.
Al respecto, la estrategia gubernamental Pueblos Vivos favorece a esta modalidad turística, pues propicia la visita a rutas y destinos pequeños y pintorescos, fáciles de abarcar y con una fuerte identidad cultural.
‘El sector privado, con el apoyo del Gobierno, se esfuerza para brindar una experiencia única a los cruceristas, cada vez más atraídos por la oferta turística del país’, aseguró el ministro de Turismo, José Napoleón Duarte.
El Balmoral es el cuarto crucero que llega este año a El Salvador, país que espera otras cinco embarcaciones de este tipo, entre ellas el lujoso MS Seven Seas Mariner, operado por Regent Seven Seas Cruises.