Lo que los adolescentes esperan escuchar

(Por: Rosa M. Cubela)


¿De qué hablamos con nuestro hijo adolescente? Quizá, nos viene a la cabeza los gritos a causa de las notas si no son buenas o porque el fin de semana llegó a casa más tarde de lo habitual. A veces, intentar comunicarse con él en crisis es una de las tareas más difíciles. Si nos descuidamos, nuestra relación puede reducirse peligrosamente a reconvenciones y críticas… Y, sin embargo, nuestro hijo tiene unas necesidades especiales de comunicación: espera que tomemos la iniciativa.

Según los especialistas en este tema, existen cinco mensajes que la mayoría de los adolescentes –nuestros hijos también– están deseando escuchar de nuestros labios. ¿Los pronunciamos alguna vez? Sus necesidades especiales de comunicación requieren de nuestra parte una postura más activa.

Estoy orgulloso de ti: Con esta frase tan simple, ayudamos a construir su autoestima. Quizás la decimos cuando consigue algún éxito, pero la necesita especialmente cuando falla. Estamos orgullosos de él porque es nuestro hijo… y no hacen falta más motivos. Y, sin embargo, muchos quizás nunca han escuchado este mensaje.

Siempre estaré aquí para escucharte: Un adolescente da mucha importancia a poder acudir a sus padres cuando tiene problemas; aunque exista rebeldía, en los momentos difíciles necesita tener una seguridad: “Mis padres están ahí”. Pero si no le prestamos atención cuando la está pasando mal, le estaremos dando una buena razón para que se las apañe por sí solo y busque consejo y ayuda en otros lugares. Hay que escucharlo. Así, le dejamos claro que: “Eres importante para mí”, “me preocupo por las cosas en las que tú estás interesado”, “me gusta escuchar tus ideas y opiniones”.

Quiero comprenderte: A veces puede parecer frustrante ser padre. Continuamente oímos los prejuicios de los quinceañeros que afirman que somos anticuados y que no les comprendemos… No hay duda; en ocasiones es muy difícil comunicarse con los adolescentes. Muchas veces, cuando nuestro hijo nos acusa de que no lo comprendemos es tan solo una manera de defenderse. Confunde “no comprender” con “no estar de acuerdo”, por lo que no hemos de dejar que nos manipule. Si nos acusa de falta de comprensión será bueno pedirle que nos ayude: “Quiero comprenderte, cuéntame qué piensas, qué sientes…”.

Hay una razón por la que nos cuesta tanto a los padres confiar en ellos. Nos conocemos bien a nosotros mismos y ya hemos experimentado todos los riesgos, situaciones y peligros de esa etapa. Sabemos qué fácil es ceder a las presiones del ambiente cuando el joven no se está aún preparado. Esto nos previene de darle una confianza sin límites.

De hecho, no estaríamos haciendo bien el trabajo de padres si permitimos que él se encuentre en situaciones en las cuales el grado de riesgo es más elevado que su nivel de madurez. Pero siempre debemos hacerle sentir que somos capaces de confiar en que hará lo correcto.

Te quiero: A veces perdemos muchas oportunidades de expresar amor y cariño -y de recibirlo- solo porque no nos lo hemos propuesto como un objetivo consciente. Y, sin embargo, es el mensaje más importante que los hijos quieren oír de sus padres.

El amor es el ingrediente esencial de una familia sana. Un “te quiero”, dicho a menudo, nos ayuda a saber quiénes somos y por qué hemos nacido. Cuando un adolescente no está seguro del amor de sus padres, los otros cuatro mensajes anteriores no significan nada. Necesita que le digan cuánto lo quieren y que se lo demuestren. ¿Cómo puede estar seguro de que es querido si nunca se lo han dicho? ¿Cómo puede saberlo si sus padres nunca pasan el tiempo con él?

La mejor manera de demostrar el amor a un hijo es dedicándole: T – I – E – M – P – O. Mostrarle cariño de cualquier maneras está bien, pero también hay que estar dispuesto a dedicarle un espacio: ir de paseo juntos, disfrutar de un juego, de una película, de unas vacaciones…

Relacionarse, comunicarse, cuesta trabajo. Esto ocurre en el matrimonio, en la amistad… y en la relación entre padres e hijos. Con un adolescente cuesta más –aseguran los estudiosos del tema– porque crece y gana más independencia constantemente, y por eso puede llegar a frustrarnos. No dejemos que ocurra en nuestra familia.

¿Le has dicho esto alguna vez?: “Hijo, ¿sabes que estoy orgulloso de ti, y eso es lo que más importa?”. La palabra orgullo en este contexto significa satisfecho con su comportamiento o con el esfuerzo que hace por superar sus errores, equivale a confianza, optimismo… Le permite saber con certeza lo importante que es para nosotros y lo pendientes que estamos de él.

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