Agentes de la Policía Nacional Civil afirmaron que junto al cadáver del cura, ejecutado en su casa parroquial del municipio Juayúa, encontraron una nota en la que un grupo delincuencial se reivindicaba el asesinato.
‘No hay ningún sacerdote que esté siendo extorsionado’, afirmó Escobar, para quien la nota busca ‘distraer a las autoridades’, por lo cual insistió en el rápido esclarecimiento del crimen.
La Presidencia de la República instruyó a las autoridades de seguridad pública redoblar sus esfuerzos para capturar a los asesinos de Pérez, un religioso de 35 años de edad y de gran protagonismo en su comunidad.
‘Tras el hecho criminal, se han girado instrucciones precisas a las autoridades de Seguridad para redoblar esfuerzos y capturar a los responsables’, confirmó Casa Presidencial en un comunicado.
El homicidio del párroco de San José La Majada, ha consternado a miles de feligreses que aún ven con asombro el irrespeto de los delincuentes hacia los lideres religiosos.
Fuentes eclesiásticas confirmaron que Pérez era de la misma generación del sacerdote Walter Osmin Vásquez, párroco asesinado el 29 de marzo del pasado año en San Miguel, también víctima de la delincuencia.
El obispo de Sonsonate, monseñor Constantino Barrera, confirmó el homicidio y lamentó este ‘golpe de la realidad delincuencial.
El Salvador es uno de los países más violentos del hemisferio occidental, pese a las políticas públicas dirigidas a la prevención que lograron una disminución en la tasa de homicidios, la cual aún es elevada.